La mediación familiar es un proceso de diálogo respetuoso y colaborativo, cuyo propósito es alcanzar acuerdos mutuos que se formalizan en un acta, respaldada legalmente a través del Tribunal de Familia. Este acuerdo se da seguimiento hasta obtener una resolución judicial que le confiere la validez de una sentencia ejecutoriada, lo que permite exigir su cumplimiento sin necesidad de pasar por un juicio.
En aquellos casos en los que las partes no logren llegar a acuerdos o no deseen participar, se emite un certificado de mediación familiar frustrada, que habilita a las partes a iniciar una demanda o juicio sobre los temas tratados.
Seguimiento continuo: Durante todo el proceso de mediación, mantenemos un contacto cercano con las partes, proporcionando actualizaciones sobre el estado de sus casos y garantizando que se sientan apoyados en todo momento.