Los hijos, gran motivación para realizar esfuerzos que no pensábamos seríamos capaces de alcanzar, obviamente no es la realidad de todo el mundo, pero en general, ser padres nos da una responsabilidad que no cuesta tanto cumplir cuando sabemos que con este esfuerzo estamos aportando a su bienestar, cansan, agotan, hacen pasar rabias, penas, miedos e incertidumbres, pero todos estos sentimientos no existirían de no estar vinculados estrechamente al gran amor que sentimos por ellos. Amor, que difícil describir lo que no vemos, pero creo todos sabemos a qué se refiere. En fin, en mediación, en la gran mayoría de los casos que he atendido, en un 90% de las parejas que recientemente se han separado, se hace muy difícil alcanzar un acuerdo y si este se da, escasamente es en una sesión, por el contrario, gran parte del proceso se orienta a la ofensa mutua, a poder descargar todo aquello que no se había podido expresar con tranquilidad, es un proceso donde constantemente se debe ir recordando los principios y encuadre inicial de la mediación. La mirada está fijada el uno en el otro en poder castigarse, recriminar actos que los han llevado a esta dolorosa situación de cesar su vida juntos. Siempre hay alguien que ha salido más herid@. Si han tomado la decisión de cesar la vida juntos, la idea es aprovechar la instancia de dejar a un lado esta “oportunidad” de hacer justicia ( castigando a la otra parte) y cambiándola por la oportunidad de dar un ejemplo a sus hijos respecto a que a pesar de que sus padres ya no estén juntos, son capaces de alcanzar acuerdos por amor a ellos, por su bienestar, en este sentido siguen actuando como sus padres a pesar de que ellos ya no sean pareja. Primera sensación de seguridad y cuidado emocional para l@s hij@s, darles esta fortaleza de que pueden seguir contando con el amor y protección de sus padres.
Por otro lado, hay que evitar la alienación parental, que más que hacerle daño a los padres, es una mochila pesada que cargan a espalda de sus hij@s porque muchas veces son niños pequeñ@s cuyos padres son muy importantes ambos y sienten que son desleales con uno u otro, al no tener un discurso coherente entre los padres y por el contrario, hablarle mal a los hij@s de la madre o el padre los hace tener un techo poco firme, inseguro. Los padres son su techo, las enseñanzas de ellos muy significativas. Lis niños no aprenden de lo que lis padres dicen, sino de lo que los padres hacen. Si son nuestr@s hijos importantes para nosotros, haremos un esfuerzo extra por alcanzar acuerdos en favor de su bienestar en todo sentido, pero sobre todo emocional. Quizá contar hasta 10 antes de aprovechar esta oportunidad para “vengarse” de la otra parte y cambiarla por la oportunidad de cuidar el bien superior de los hijos en común. Se que cuesta, pero afortunadamente he atendido un 10% de casos a la fecha de que a pesar de haberse separado recientemente, han demostrado un nivel de posicionamiento en el rol de padres más que de pareja en conflicto que decide separarse que de verdad, demuestra como todos los seres humanos podemos actuar distinto, es lo que se llama la excepción a la regla y ya habiendo una minoría que actúa diferente, ya no hay regla, quizá una tendencia mayor a actuar de determinada manera, pero afortunadamente no es absoluta y lo digo por ellos, por lis niños que no tienen arte ni parte en el conflicto, por lo tanto es mejor mantenerlos al margen. Darme cuenta de qué hay padres que son capaces de guardar un momento sus emociones negativas hacia la otra parte y logran alcanzar acuerdos con ella solo por el objetivo de poder respaldar lis derechos de sus hijos, pensando en su bien, es una enseñanza que inspiran estas letras y que ojalá pueda instalarse en la conciencia de cada padre y madre a los cuales si les importen los sentimientos, emociones, desarrollo y bienestar general de sus hijos.
Solange Caballero Andaur
Mediadora, avanzas